Pilar es una artista polifacética que tras una variada trayectoria en el campo del diseño gráfico, el mundo escénico y editorial se mete de lleno en la joyería de autor.
Su creación actual, sus piezas únicas en plata y oro, nos confirman que todas sus experiencias anteriores, especialmente la escultura, han sido un exitoso ensayo para su verdadera vocación: la creación de joyas de Autor. Tan solo dos años después de diplomarse en la especialidad de joyería por el Instituto de Joyería del Mediterráneo expone sus de alfileres en el JCK Jewelry Show de Las Vegas y un año más tarde (2005) la obra de Pilar Roldán es seleccionada en el Internacional Pearl Design Contest de Japón. En noviembre del mismo año, expone en el marco de la Gran Vía madrileña y dentro del FEM (Festival Edición Madrid). En los últimos años ha mostrado joyas la Galería Amano-Art del Born en Barcelona (España), en Manhatan, En el SOHO de New York City (Brigitte NYC.)
"...Su colección, Affaires del Olimpo, es la obra de una escultora que sabe hacer puestas en escena, la de una guionista que sabe engastar piedras preciosas, la de una mujer con ojos que danzan y manos que nacieron para modelar. Todo eso se ve en las joyas-escultura que Pilar expone en Amano Art. Mientras, el cotilla Ovidio nos cuenta las historias de este particular Olimpo en plata y oro, donde los dioses, provistos de pasiones y debilidades humanas, acarician perlas y Penélope, mientras espera a Ulises, teje en telar de ágata." (Nuria Calatayud, Art manager de Amano-Art.)
Realizo mis esculturas con las antiguas técnicas de joyería artesanal como la fundición a la cera perdida o trabajando directamente el metal mediante forja, estrusión, trefilado, limado...
El diseño es una parte muy importante a tener en cuenta en la joyería de autor : ya que el añadir una funcionalidad a la pieza no puede mermar su expresión.
NO CREO QUE LA INUTILIDAD SEA LA ESENCIA DEL ARTE, por el contrario, me gustaría vivir inmersa en arte.
Por ahora trabajo en pequeño formato, pero mi sueño es ver mis pequeñas esculturas convertidas en titánicas obras arquitectónicas.
Considero a Los clásicos (Fidias, Mirón, Policleto….), cuna y Meca del arte. Determinantes fundamentales no solo en el arte actual , sino en casi todo lo que nos rodea y por supuesto en mi modesta obra. Y no solo por lo que conocemos de ellos, sino que también por lo que perdimos pero intuimos (me refiero a sus esculturas en metal, tristemente refundido).
Más tarde, los grandes genios (Miguel Ángel, Leonardo da Vinci, Bernini.… Rodín, Canova…) nos demuestran que estamos avocados al clasicismo uniéndose a él y convirtiéndose asimismo en inagotables fuentes de inspiración, maestros imperecederos del culto al cuerpo y a la belleza, genios de la medida, el equilibrio, la armonía, la fuerza y la proporción.
Respecto a la técnica, por lo menos en lo que a mi trabajo en metal se refiere, continuo usando la fundición a la cera perdida, cosa que ya dominaban los griegos con gran maestría.
Partiendo del Canon de Policleto, deformo la figura humana interpretándola en función del mensaje y de la intención, sacrificando la proporción a favor de la expresividad.
Más que la proporción busco la provocación, pero no por ello renuncio al equilibrio y la armonía.
Antes que la belleza prefiero la seducción, el deseo y la pasión, pero a través de estas busco la primera.
En mis obras la cabeza del personaje suele quedar reducida a un mero apéndice, que amenudo, únicamente marca la dirección de la mirada, cediendo el protagonismo a la pose, al movimiento y al lenguaje corporal.
En la obra “Despedida de Calipso” he tratado de interpretar uno de los pasajes más bellos de la Odisea: Tras ofrecer la inmortalidad a Ulises si se queda con ella, la ninfa Calipso, despide a su amante cantando sus más bellas canciones hasta que le pierde de vista. Ella muere de tristeza tras de su partida.
La escultura representa una figura mayoritariamente femenina consumiéndose en una pose ondulante a semejanza del mar que la rodea y acompaña en su dulce melancólica extinción.
La mano derecha se ha transformado en un simbólico pañuelo, mientras que la izquierda se ha difuminado en un generoso acto de abandono.
El abdomen sin embargo ha adquirido el protagonismo que le otorgan el amor y el dolor, mientras que el sexo indeterminado engloba a los dos protagonistas de la historia demostrando que la modelo no es Calipso, si no la Despedida.
TÉCNICAS DE FABRICACIÓN EN JOYERÍA TRADICIONAL
TRABAJO DIRECTO DEL METAL
El primer paso para dar forma al metal, que se adquiere en granalla, es fundirlo y alearlo para obtener un lingote.
A partir de este lingote se siguen distintos procesos dependiendo del resultado deseado: trefilado (estirado), laminado (con prensa de rodillos) o forjado (directamente con martillo), alternando cada fase con calentamientos al rojo para mantener la maleabilidad del metal.
Mediante segueta y lima se va dando la forma final y con soplete y soldadura se unen las distintas partes trabajadas. Una vez creada así la forma definitiva se procede al blanquimiento (proceso químico de limpieza) y aclarado de la pieza. El acabado se realiza con limatones y lijas varios grosores, pulido con distintos borregos o cuerdas impregnados con otras tantas pastas de pulir y abrillantado.
MOLDES DE CAUCHO
Con láminas de caucho envolvemos la pieza (a la que hemos soldado previamente un bebedero) de modo que no quede ninguna parte sin cubrir para después darle la homogeneidad, consistencia y elasticidad adecuadas mediante la vulcanización del caucho en una prensa térmica.
Por último se procede a su apertura, una vez frío, con una cuchilla muy afilada y cinco dosis de paciencia y destreza, extrayendo la pieza original. Hemos obtenido un molde en negativo abierto y flexible.
CERAS
La cera es inyectada en caliente dentro del molde por el bebedero. Tras su enfriado y solidificación se procede a su extracción, obteniendo una réplica,ligeramente menor, en cera de la pieza original. Mediante esta técnica se obtienen ceras para la fabricación en serie.
La cera (en tacos o láminas) también se puede trabajar mediante modelado con espátulas calientes, cuchillas o limado para realizar piezas únicas.
FUNDICIÓN A LA CERA PERDIDA
Con varias piezas de cera formamos un árbol soldando estas a un tronco de cera. Éste se introduce en un
cilindro metálico, que rellenamos con una especie de “escayola” refractaria (revestimiento), usando una campana de vacío vibratoria para evitar que se creen burbujas antes de que fragüe. Hemos obtenido un molde cilíndrico, en negativo, rígido y cerrado con el árbol en su interior.
Se calienta ahora el cilindro en un horno aumentando la temperatura gradualmente hasta conseguir la evacuación de la cera y hasta que alcance la temperatura adecuada para recibir el metal fundido. El proceso puede durar unas 10 horas.
Fundimos y aleamos ahora el metal en un crisol que colocamos perfectamente alineado con el cilindro en el brazo de una centrifugadora de modo que el metal es inyectado en el interior de este.
Terminamos el proceso rompiendo y eliminando todos los restos del revestimiento para después separar las piezas, limar, repasar y hacer soldaduras si es necesario. El acabado de cada pieza se realizará según el proceso descrito anteriormente (limatones y lijas, pulido y abrillantado) seguido del engaste a mano de las piedras.